Tras los recientes despidos en Xbox, Raphael Colantonio, fundador de Arkane Studios, ha criticado públicamente el modelo de suscripción de Game Pass de Microsoft, calificándolo de "insostenible". El creador de Dishonored y Prey, quien dejó la compañía en 2017 para fundar WolfEye Studios, desafió el silencio de la industria sobre este tema a través de redes sociales.
Game Pass: ¿Motor de crecimiento o amenaza para la industria?
En una discusión franca sobre Game Pass (donde Weird West de WolfEye se lanzó el primer día en 2022), Colantonio argumentó: "Este modelo daña la industria gracias al financiamiento ilimitado de Microsoft. La realidad eventualmente debe prevalecer: Game Pass eliminará a los competidores o fracasará por completo".
Estos comentarios desataron un intenso debate sobre el papel de los servicios de suscripción en los videojuegos. El programa de Microsoft ha sido etiquetado tanto como salvador de la industria (para desarrolladores indie que reciben pagos garantizados) como su destructor. Durante el juicio por la adquisición de Activision por Microsoft, el exCEO de PlayStation Jim Ryan afirmó que los editores universalmente desprecian Game Pass por "destruir valor".
Phil Spencer, jefe de Xbox, contrarrestó estas preocupaciones en 2021 declarando que Game Pass es "muy sostenible". Pero tras cancelaciones recientes (como Everwild de Rare y el reinicio de Perfect Dark), observadores de la industria cuestionan esta postura.
Voces de la industria comparten preocupaciones
Michael Douse de Larian Studios (Baldur's Gate 3) planteó la pregunta inquietante: "¿Qué pasará cuando se acabe el financiamiento?". El director de publicación señaló que la mayoría de editores evitan Game Pass porque "el dinero infinito nunca tuvo sentido". (Cabe destacar que Baldur's Gate 3 omitió tanto Game Pass como PlayStation Plus).
Colantonio ridiculizó las declaraciones contradictorias de Microsoft sobre el impacto de Game Pass en las ventas, mientras Douse elogió el enfoque de Sony: retrasar títulos first-party en PlayStation Plus para preservar valor. "La gestión del ciclo de vida de Sony protege la economía de los desarrolladores mientras apoya equipos más pequeños", explicó Douse.
"Game Pass solo puede coexistir sin daño con títulos de catálogo atrasado", concluyó Colantonio.
Cuestionan la estrategia a largo plazo de Microsoft
Aunque Microsoft atribuye los despidos a inversiones en IA, Colantonio lo descartó como "excusas". Argumentó que las cuentas no cuadran ni para desarrolladores ni para Xbox una vez que acaben los subsidios: "Microsoft sigue en modo adquisición de clientes tras ocho años, esperando que las suscripciones eventualmente justifiquen las enormes inversiones en contenido".
El fundador de Arkane criticó la contabilidad de Microsoft: "Las ganancias ignoran los miles de millones gastados en contenido de Bethesda y Activision: estos costos se ocultan en amortizaciones en lugar de declaraciones de pérdidas y ganancias".
Colantonio advirtió a los jugadores: "Los beneficios actuales son pérdidas subsidiadas. Si Microsoft domina, esperen calidad decreciente y precios en ascenso". Pronosticó: "Este tsunami dañará todo el ecosistema. Los jugadores que celebran hoy podrían lamentar las consecuencias mañana".
Las revelaciones financieras de Microsoft siguen siendo vagas. Reportes recientes muestran un crecimiento del 8% en contenido/servicios de Xbox (incluyendo Game Pass), con suscripciones en PC aumentando un 45%. Sin embargo, no se divulgan cifras exactas de suscriptores ni ingresos directos.
En una entrevista de abril, Spencer posicionó Game Pass como "una opción, no un mandato": "Nuestro crecimiento viene de PC y la Nube. Game Pass triunfa cuando atrae nuevos jugadores a Xbox, pero comprar juegos directamente sigue siendo igualmente válido". El ejecutivo enfatizó mantener opciones de compra junto a suscripciones.